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jueves, 15 de mayo de 2014

Presentación de la unidad 6: Reflexión personal sobre el trabajomediante proyectos en mi centro

    En esta unidad se nos pide que ahondemos en el entorno de nuestro centro para conocer si en él se viene desarrollando el trabajo por proyectos por parte del profesorado.

    He de confesar que, ante esta pregunta, he pensado en primer lugar en mí misma, que comienzo a emplear esta metodología recientemente, y después han  venido a mi mente dos personas de las que sé, porque me lo han comentado directamente en varias ocasiones, que han llevado a cabo diversos proyectos en el centro: @rosaliarte y @camachomanarel (ambas del departamento de CCSS).

    Sólo estas dos personas han venido a mi mente y, luego, he tenido que buscar en google el nombre de mi centro para poder conocer si alguien más había realizado algún proyecto con anterioridad. 
    Es cierto que este es mi segundo año en el IES Las Lagunas y que, por tanto, aún no conozco bien su historia. Pero, también es cierto que, en mi intento, no he encontrado respuesta a la pregunta. ¿Habré hecho una mala búsqueda?

    Y esto me lleva a la siguiente reflexión: Qué poco nos comunicamos. Qué poco sabemos a veces del trabajo de aquel al que saludamos cada mañana y con el que compartimos espacio y alumnos tantas horas, tantos días... Qué poco se da a conocer el trabajo de otros  y qué útil y motivador que sería para nosotros.  Los que amamos esta profesión tenemos la capacidad de contagiarnos fácilmente: sólo hace falta que alguien sea  capaz de tocar nuestro "botón de encendido"...

    La falta de comunicación: Tal vez ese sea uno de lo problemas principales que tenemos en este gremio. Hay una tendencia al individualismo, al "yo me lo guiso, yo me lo como" que cierra muchas puertas, que impide ver lo que pasa delante de nuestras narices.

    Pero no creo que esto sea fortuito. La situación en la que vivimos nos contagia en mayor o menor medida de abatimiento, desmotivación... Aquellos que a pesar de eso aún tenemos fuerzas para intentar nuevas metodologías  nos sentimos paradójicamente sin energías para convencer a un claustro que se siente maltratado por los recortes y  la sobrecarga horaria y que, a veces nos mira, cansado, como diciendo... "¡Ingenuos! ¡Cuántos pajaritos tienen estos en la cabeza!". Al final, uno tira hacia delante y listo. Y si alguien en el camino se entera, entonces le damos la bienvenida. Y es que son insuficientes los foros en los que poder comunicarse. Estoy convencida de que un gran número de proyectos saldrían adelante si tuviéramos la ocasión de hablar más, de coordinarnos mejor, de contagiarnos de las ganas de hacer cosas nuevas.

    Para empezar, debería cambiar la configuración misma de los departamentos. Mi ideal sería un programa común que todos desarrolláramos, aportando cada uno nuestro grano de arena. Ni que decir tiene que sería complejísimo poner a todos de acuerdo pero, como decía @RomeroCalero en el #moocafemlearning que hemos compartido hoy, es necesario el emponderamiento: creer en nosotros y fortalecernos para impulsar cambios positivos. Porque es cierto que las circunstancias están ahí, y a veces suponen trabas, pero en nuestra pequeña parcela podemos realizar pequeños cambios que suman.

    Uno de los muros más grandes con los que tropezamos es el uso de las TIC que, como sabemos, tan útiles son como complemento del trabajo a través de proyectos. A muchos compañeros les asustan, otros no se sienten del todo cómodos con ellas, otros quieren usarlas, pero los medios les fallan; a otros, por qué no decirlo, simplemente no les interesan porque se sienten cómodos en su "zona de confort".

    Tal vez no tengamos que empezar la casa por el tejado. En mi opinión lo esencial es el cambio metodológico. Y las TIC pueden llegar después. Propongamos, demos ideas, sugiramos... Pero siempre desde el respeto al trabajo ajeno. No podemos decir que el que no usa las TIC en clase lo hace mal. Invitémosle a que las conozca y entendamos que cada uno tiene un ritmo diferente de adaptación a las mismas. Si tratamos de imponerlas o criticamos  a quienes no lo hacen, sólo provocaremos  en ellos un rechazo mayor. Esto último puede aplicarse tanto al uso de las TIC, como a cualquier otra idea que queramos contagiar
     Y por supuesto, desde las directivas de los centros, hay que dar a quienes ya se sienten preparados para usarlas en sus clases, la oportunidad real de hacerlo. Queremos que se usen las nuevas tecnologías, pero los niños tienen serias dificultades para tener acceso a internet con sus mini portátiles; una solución a este problema sería el uso de los móviles, pero entonces se les prohibe. Prohibir no educa, y nosotros somos docentes. Tal vez debamos permitir a los que ya se sienten preparados a enseñar a los alumnos a usar los dispositivos de manera responsable, iniciar esta tarea. Facilitar los procesos de cambio: esa es la clave. 



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